El objetivo primordial que se marcó el equipo desde el inicio del festival fue popularizar la poesía, quitarle esa fama de género difícil, complicado, que la ha ido alejando de la gente. El FIP, que ha contado en todas sus ediciones con las instituciones como el Ayuntamiento de Granada, Junta de Andalucía, Universidad de Granada, Diputación Provincial entre otros patrocinadores, ha salido a la calle durante dieciséis años y ha sido capaz de tomarla de una manera casi literal.

Si en Granada se respira poesía, durante la segunda semana de mayo la ciudad se convierte en la capital poética del mundo gracias a la repercusión del festival. Premios Nobel, Cervantes, Príncipe de Asturias, Reina Sofía, Nacional de Literatura, Nacional de la Crítica… los más importantes autores han leído sus poemas en las diferentes sedes del festival, entre las que destacan la Huerta de San Vicente, que fue residencia de verano de Federico García Lorca; el Carmen de los Mártires, donde San Juan de la Cruz escribió el ‘Cántico Espiritual’ y donde se alojó Zorrilla cuando fue nombrado poeta nacional; o el recinto de la Alhambra, que alberga en sus paredes cientos de poemas que la convierten en uno de los libros más lujosos.

Ángel González, Caballero Bonald, Pablo García Baena, el chileno Gonzalo Rojas, el nigeriano Wole Soyinka, la uruguaya Ida Vitale, el nicaragüense Ernesto Cardenal, los Pulitzer Paul Moldoon, Yusef Komunyakaa, Natasha Trethewey o Robert Hass, el colombiano Darío Jaramillo, el venezolano Rafael Cadenas, el mexicano José Emilio Pacheco, los cubanos Waldo Leyva y Antonio José Ponte, las nicaragüenses Claribel Alegría (reciente Premio Reina Sofía) y Gioconda Belli y el argentino Juan Gelman, son sólo algunos de los más de quinientos autores que han pasado por las distintas ediciones del FIP.